martes, 16 de agosto de 2011










Reposa.
El crepúsculo
muere más
allí, donde, pájaro quieto,
aguarda.

Mares tristes,
apretados,
mueven
en él
sus olas.

Los paisajes
del día
lo navegan
lentos.

Tímidas,
las primeras estrellas
lloran
su luz insabora
en la pupila fija.

En el fondo oscuro
largas hileras humanas
se le desplazan
incesantemente;

Parten
en distintas
direcciones;
retroceden;
retroceden;
tocan
los primeros
hombres;

Gimen porque nace el sol.
Gimen porque muere el sol…

Todo está allí,
apretado en la cuenca,
donde,
pájaro quieto,
aguarda.


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